También podemos reflexionar sobre el significado profundo de la vid en nuestras vidas, y cómo podemos llevar a cabo su sacrificio y amor en nuestras acciones cotidianas.
En conclusión, mientras que un astróemblem se enfoca en el análisis de los movimientos planetarios y su influencia en la vida humana, un clarividente se basa en percepciones intuitivas y extrasensoriales para obtener información sobre una persona.
La Biblia hace una distinción clara entre los profetas y los videntes. Mientras que ambos son considerados mensajeros de Dios, los profetas son vistos como portavoces directos de Dios, transmitiendo sus palabras y mandatos.
Aunque la palabra "vidente" no aparece específicamente en la Biblia, podemos entender su significado relacionado con la capacidad de recibir revelaciones divinas y transmitirlas al pueblo. Sin embargo, debemos tener cuidado y discernir entre los verdaderos videntes y los falsos, ya que la Biblia advierte sobre la existencia de falsos profetas y adivinadores.
¿Te has sentido identificado con alguna de las experiencias descritas? ¿Has tenido alguna vez una intuición poderosa que te haya guiado en tu vida? Reflexiona sobre ello y abre la puerta a nuevas posibilidades.
La capacidad de prever el futuro en el contexto de la Astrología, Horóscopo y Tarot no se considera un don sobrenatural, sino más bien una habilidad que puede ser desarrollada a través del estudio y la práctica constante.
one. EN EL AT – El deseo de ver a Dios es una de las aspiraciones religiosas más persistentes de la humanidad. Por lo mucho que estimaban la vista, “el más agudo de los sentidos permitidos a nuestro cuerpo” (Platón), los griegos fueron de un modo muy individual “un pueblo del ojo” (Rudberg); ver tuvo entre ellos una noteworthy importancia religiosa, hasta el punto de definirse la religión griega como “una religión de la vista”‘. De Homero a Plotino, lo divino por su propia naturaleza no es algo que creer o escuchar, sino algo que ver. Si bien los dioses se revelan sólo a unos pocos elegidos, que se sienten presa de un temeroso estupor, falta entre los griegos la notion de que quien ha visto a la divinidad debe morir. En cambio, la religión del AT es la religión de la palabra escuchada: “La expresión `palabra de Yahvé’ es la privilegiada, la más frecuente y significativa para manifestar la comunicación divina. En las teofanías, la manifestación sensible está al servicio de la palabra. Lo principal no es el hecho de ver la divinidad, sino el de oír su palabra… Esta primacía del oír sobre el ver constituye uno de los caracteres esenciales de la revelación bíblica. La preeminencia del aspecto auditivo sobre el visivo es consecuencia necesaria de la concepción de Dios y del hombre en el AT; existe un abismo entre la santidad de Dios y la indignidad del hombre, que solamente puede ser salvado por gracia e iniciativa de Dios: “No puede verme Videntes en la Biblia Significado hombre alguno y vivir” (Ex 33,20). Ver se relaciona con el eros, es decir, con la tentación humana de tomar posesión de Dios provocando su revelación; oír, en cambio, es una actitud receptiva que respeta la iniciativa de Dios y lleva a la obediencia de fe. Por eso la fe bíblica se expresa en la oración preferida de la piedad judía: “Escucha, Israel” (Dt 6,four), que se traduce en amor y obediencia cordial a Dios (cf Dt six,5-6). Sin embargo, también a la vista hay que reconocerle una función dialéctica en orden a la revelación y a la fe. El AT habla con frecuencia de “hombres que se abrogan el privilegio de haber oído al que no se puede oír y de haber visto al que no se puede ver, y del cual se presentan como embajadores”. Son los profetas u hombres de Dios, a los cuales se llama también videntes.
Para concluir, el NT confirma dos datos del AT acerca de las visiones y de su significado: Dios permanece invisible e inaccesible incluso cuando se manifiesta; las visiones están en función del mensaje y de la misión. Además, el NT agudiza la tensión entre fe y visión. contempla la visión de Dios como término definitivo del camino cristiano, presenta a Cristo como imagen del Dios invisible y plenitud de revelación y encuadra los dones extraordinarios en la doctrina de los carismas.
En un mundo donde la espiritualidad y la fe se entrelazan con la historia y la cultura, surge una pregunta que ha intrigado a muchos a lo largo de los siglos: ¿Qué dice la Biblia sobre los videntes y la profecía?
El Antiguo Testamento de la Biblia menciona a varios videntes, como Moisés, Isaías y Ezequiel, quienes recibieron visiones divinas y transmitieron mensajes importantes a la comunidad religiosa. Sus mensajes eran tomados muy en serio y se consideraban como la palabra de Dios.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas predicciones son generales y no se aplican de manera precisa a todas las personas que comparten el mismo signo.
Estos versículos muestran cómo la vid y la viña son imágenes poderosas de la restauración y la renovación en la escritura profética. Representan la esperanza y la gracia de Dios para renovar y restaurar a su pueblo, y nos animan a confiar en su poder y amor incondicional.
Su capacidad para leer e interpretar el lenguaje cósmico les permite brindar claridad y perspectiva a quienes recurren a ellos en busca de respuestas y dirección. Ser una persona vidente es mucho más que simplemente predecir el futuro, es una vocación que requiere sensibilidad, comprensión profunda y un compromiso constante de ayudar a otros en su camino hacia la autosanación y la sabiduría interior.
Os digo que no beberé más del fruto de la vid hasta aquel día cuando lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre. Y habiendo cantado un himno, salieron al monte de los Olivos.